Desde que llegamos a Alemania, ya hace tres años, mi Amore me ha soltado más de una vez la indirecta, cada vez más directa, de que extraña los tamales de México...”Ah, los de verde...¡cómo se antoja un tamalito con este frio!”...La última vez que fuí a México, hasta me traje de regreso hojas de maíz por si un día agarraba fuerza mental para intentar semejante tarea. Pero recuerdo cuando mi tía Lola se ponía a hacer tamales, y de verdad que me invade la flojera: era labor de titanes, toda la tribu haciendo tamales toooodo el día....Y como que tanto trabajo para unos diez o veinte tamalitos como que no se me antoja mucho...¡y luego quién sabe como vayan a quedar! Si es todo un arte esto de la “tamaleada”...
Entonces, me di a la tarea de buscar en la red una receta que se adecuara a mi filosofía de vida, “la ley del menor esfuerzo”, ¡Y que la encuentro! Se trata de unos tamales sin hoja y sin vaporera, hechos por un señor que se llama Chucheman y que tiene su propio sazonador, el cual por desgracia no se exporta. Prometo intentarlos pronto, pero de verdad que se ven prometedores....Ahi les dejo el link. Enjoy y quien los haga primero que me avise a ver que tal.